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domingo, 16 de mayo de 2010

Por fin un ratito para ver "Yo tambien"

La película me ha parecido buena, si bien podía haber sido más atrevida no hay que olvidar que es una producción comercial.
Se la ha acusado de ser un chantaje emocional del que la ve. Pero lo que pienso es que si despierta en nosotros alegría, pena o indignación en alguna de sus escenas es porque somos humanos y como tales disponemos de esa rareza llamada empatía.
Gracias a esta empatía nos podemos poner en lugar de Daniel (Pablo Pineda), que la verdad es que no lo hace mal, y sentirnos conmovidos, rechazados, desplazados... El planteamiento del filme es bueno pero creo que se queda corto en su denuncia y además parece un poco contradictorio al "eliminar" ciertas escenas de sexo con el chico homosexual y sin embargo mostrando explícitamente en las que él no aparece. Tampoco muestra escenas de clara integración. Podrían darse escenas de bailes, citas o cualquier otra acción en las que síndromes de down y personas sin esta enfermedad interactuasen de forma normal. El primer paso para la inclusión sería concienciar a la sociedad de la normalidad de estas personas, evitar los clichés, el proteccionismo…

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